¡Saludos a todos! Hoy quiero hablarles sobre el Alzheimer y cómo el entrenamiento físico puede ayudar a las personas que lo padecen.
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que afecta principalmente la memoria y otras funciones cognitivas.
A medida que avanza, puede resultar desafiante para aquellos que lo experimentan y sus seres queridos. Sin embargo, existe evidencia creciente de que el ejercicio físico regular puede tener beneficios significativos para las personas con Alzheimer.
En primer lugar, el entrenamiento físico puede mejorar la salud cardiovascular y promover una mejor circulación sanguínea en el cerebro.
Esto, a su vez, puede ayudar a reducir los riesgos asociados con enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares, que son más comunes en personas con Alzheimer.
Además, el ejercicio físico puede estimular la producción de endorfinas, conocidas como las «hormonas de la felicidad».
Estas sustancias químicas naturales mejoran el estado de ánimo y pueden ayudar a reducir los niveles de estrés y ansiedad, tan comunes en aquellos que conviven con esta enfermedad.
El entrenamiento físico también puede jugar un papel clave en el mantenimiento de la independencia física y funcional.
Actividades como caminar, nadar o hacer yoga fortalecen los músculos, mejoran el equilibrio y la coordinación, contribuyendo así a mantener la movilidad por más tiempo.
Otro beneficio del ejercicio es su capacidad para estimular la plasticidad cerebral. Al participar en actividades físicas, se promueven nuevas conexiones neuronales y se fortalecen las existentes, lo cual puede ayudar a retrasar el deterioro cognitivo asociado con el Alzheimer.
Es importante destacar que el entrenamiento físico debe adaptarse a las necesidades individuales de cada persona. Es recomendable consultar con un profesional de la salud antes de comenzar cualquier programa de ejercicios, especialmente si se trata de alguien con Alzheimer. Se deben tener en cuenta factores como la capacidad física, la edad y la etapa de la enfermedad.
Es por esto que el entrenamiento físico puede brindar muchos beneficios tanto para la mente como para el cuerpo de las personas que viven con Alzheimer.
Aunque no hay cura para esta enfermedad, al mantenerse activo físicamente, se pueden mejorar aspectos de la calidad de vida y retrasar el avance de los síntomas.
Recuerda, siempre hay esperanza y formas de apoyar a quienes lo necesitan. Compartamos esta información valiosa y sigamos promoviendo una sociedad inclusiva y comprensiva.
Atentamente,
José Pico
@josefit
