
El impacto emocional ante una madre ausente
mayo 26, 2025En las últimas semanas, muchas personas migrantes en Estados Unidos han vuelto a sentir el peso del miedo sobre sus espaldas. Las declaraciones de figuras políticas que prometen reforzar deportaciones masivas, cerrar fronteras o eliminar protecciones han reactivado un temor que, aunque a veces permanece en silencio, nunca desaparece del todo: el miedo a perderlo todo… otra vez.
Para quienes migraron buscando un futuro mejor, rehacerse en un país nuevo ha implicado más que esfuerzo económico o adaptación cultural. Ha sido un proceso emocional profundo.
Construir redes, criar hijos, aprender un nuevo idioma, enviar dinero a sus familias, sostener dos mundos en el corazón. Por eso, la amenaza de la deportación no es solo un trámite legal. Es un golpe directo al tejido emocional que han logrado crear con tanto sacrificio.
La amenaza no es nueva, pero el miedo se renueva
Aunque la incertidumbre migratoria ha sido parte de la vida de millones de personas durante años, el retorno de discursos políticos extremos —como los del presidente Donald Trump— genera un efecto inmediato en la salud mental de la comunidad migrante: activa la hipervigilancia, el estrés postraumático, la ansiedad, el insomnio y la sensación de que la vida está en pausa.
En consulta clínica, es común escuchar frases como:
- “No sé si vale la pena seguir planificando.”
- “Siento que todo lo que logré puede desaparecer de un momento a otro.”
- “Otra vez tengo miedo de salir de casa o de manejar.”
- “Mi hijo nació aquí, ¿qué pasaría si me separan de él?»
Estos pensamientos no solo reflejan preocupación. Reflejan un trauma migratorio persistente que se reactiva con cada amenaza. Incluso si legalmente algunas personas están protegidas, el miedo no entiende de documentos.
El cuerpo y la mente recuerdan el riesgo, el abandono, el rechazo, la persecución.
El impacto emocional del miedo a ser deportado
El miedo prolongado tiene consecuencias profundas. Afecta la salud física, las relaciones familiares, la capacidad de concentrarse y tomar decisiones. Puede aislar, causar irritabilidad, generar culpa (especialmente en madres y padres que sienten que no pueden garantizar estabilidad a sus hijos), e incluso derivar en depresión.
El estrés migratorio no siempre es visible, pero deja marcas:
- Personas que cancelan consultas médicas o reuniones escolares por temor a ser identificadas.
- Madres que enseñan a sus hijos a esconderse o memorizar números de teléfono “por si algo pasa”.
- Jóvenes que no se permiten soñar con un futuro universitario por miedo a que no lleguen a «tiempo».
Estas son realidades cotidianas que muchas veces se viven en silencio.
Habitar el presente sin negar la realidad
El miedo como una respuesta legítima frente a un contexto que amenaza la seguridad y la identidad es válido. Sin embargo, podemos trabajar en que ese miedo no paralice, no consuma la energía vital, no robe el presente.
Algunas herramientas que pueden ayudar:
- Nombrar lo que se siente: El miedo se alivia cuando se comparte. Buscar espacios terapéuticos, comunitarios o espirituales para expresar lo que se vive es un primer paso para reducir su peso.
- Informarse sin sobreexponerse: Estar al tanto es importante, pero sobreinformarse puede alimentar el pánico. Seleccioná fuentes confiables y establecé horarios para informarte sin que eso consuma todo tu día.
- Cuidar el cuerpo: Dormir, comer bien, hacer ejercicio, cuidar tus rutinas. El cuerpo es el lugar desde donde se sostiene la estabilidad emocional.
- Fortalecer redes de apoyo: Rodearse de personas que te hagan sentir seguro, escuchado y sostenido puede marcar una gran diferencia.
- Consultar con un profesional: La terapia es un espacio donde se puede transformar el miedo en conciencia, y el dolor en fuerza interior. No estás solo/a.
No estás solo. No estás sola.
Si el miedo volvió a tu vida como una sombra silenciosa, no lo ignores. Escuchalo, comprendelo, y buscá acompañamiento. Lo que estás sintiendo es válido. Pero también es cierto que existen recursos, redes, estrategias y caminos para afrontar lo que venga.
Tal vez no podamos controlar el contexto político, pero sí podemos fortalecer la manera en que lo habitamos.
¿Estás atravesando un momento de miedo o incertidumbre migratoria?
En consulta, podemos trabajar juntos para comprender lo que estás viviendo, cuidar tu salud mental y acompañarte en la construcción de una vida más segura, libre y auténtica.
Equilibrio Mental Health, equilibrando emociones.
equilibriomentalhealth@gmail.com