
Insomnio emocional: cuando lo que no se dice, no se duerme
julio 15, 2025Hay momentos en una relación en los que, de pronto, aparece una sensación inquietante: “No conozco a la persona con la que estoy”.
Puede ser tras una discusión inesperada, una reacción que nos descoloca, una traición, o simplemente el paso del tiempo sin conexión real. Sentimos que compartimos la vida, pero no el mundo interno. Convivimos, pero no nos conocemos del todo.
Y eso, lejos de ser un detalle menor, puede convertirse en una gran grieta emocional.
¿Por qué llegamos a sentir que no conocemos a nuestra pareja?
La mayoría de las relaciones comienzan con un entusiasmo por descubrir al otro: sus gustos, historias, manías, sueños. Pero con el tiempo, muchas parejas se instalan en rutinas y roles que reemplazan la verdadera curiosidad por el otro. Ya no se pregunta, ya no se escucha con atención. Se asume. Se da por hecho.
En otras ocasiones, quien no se deja conocer es la propia pareja. Ya sea por miedo, por desconfianza o porque nunca aprendió a compartir lo que le pasa, la persona construye una fachada socialmente aceptable, pero desconectada de su esencia. Muestra lo que cree que debe mostrar, y oculta lo que teme que el otro no acepte.
También sucede cuando una de las partes cambia con el tiempo —porque crece, se transforma, empieza un nuevo ciclo— y la otra no lo registra. Entonces, ese nuevo yo del otro se vuelve desconocido, y la sensación de distancia se instala.
Y hay un factor más profundo: muchas veces no conocemos a nuestra pareja porque no estamos listos para mirar.
«Saber quién es el otro con luces y sombras puede ser incómodo, puede exigir decisiones, puede doler. Por eso, a veces preferimos no indagar… hasta que ya no se puede evitar».
Las consecuencias de no conocer a quien amamos
No conocer verdaderamente a nuestra pareja crea relaciones superficiales, donde la comunicación se vuelve funcional y el vínculo emocional se resiente. Se genera distancia. Desconexión. Se empieza a convivir con un extraño que, por momentos, duele más que si fuera un desconocido total.
Y esa desconexión emocional puede generar conflictos, celos, inseguridad, sensación de soledad, y eventualmente, crisis importantes.
Porque no se puede amar bien a alguien que no se conoce. Lo que no se conoce, se idealiza o se teme. Y en ambos casos, el amor pierde autenticidad.
¿Qué podemos hacer para volver a conectar?
1. Volver a mirar con atención.
Hacer el esfuerzo de observar al otro como si lo conociéramos por primera vez. ¿Cómo está hoy? ¿Qué lo inquieta? ¿Qué cosas disfruta que antes no? La curiosidad emocional es una forma de intimidad.
2. Fomentar la conversación honesta.
No basta con hablar, hay que hablar de lo importante. ¿Quién sos ahora? ¿Qué cosas no sabés cómo decirme? ¿Qué parte de vos sentís que no veo o no acepto?
3. Estar disponibles emocionalmente.
Muchos no se muestran porque no se sienten escuchados o comprendidos. Crear un espacio seguro para que el otro se sienta habilitado a compartir, sin juicios, es una de las llaves para el reencuentro.
4. Aceptar lo que se revela.
Conocer al otro en profundidad implica también ver sus sombras. No se trata de justificar todo, pero sí de mirar sin negación. Saber si lo que vemos nos permite seguir amando desde un lugar genuino, no desde la fantasía o la costumbre.
5. Preguntarnos si también nos dejamos conocer.
No es solo el otro a quien debemos conocer: nosotros también debemos ser claros, auténticos, visibles en la relación. A veces, lo que sentimos como distancia es una protección mutua.
El amor real no teme conocer
Conocer a nuestra pareja implica mucho más que saber su comida favorita o su color preferido. Implica bucear en lo profundo: sus heridas, sus miedos, sus deseos, sus contradicciones. Y permitir que ese conocimiento guíe nuestras decisiones vinculares.
«No se trata de idealizar ni de resignarse, sino de amar desde un lugar consciente. Porque amar sin conocer es como abrazar una silueta. Y solo cuando el amor se apoya en el conocimiento real, crece de forma sólida y honesta».
Así que si en algún momento sientes que no conoces a quien tienes al lado, no lo tomes como el final, sino como una invitación. A mirar distinto. A preguntar distinto. A amar con más verdad.
Equilibrio Mental Health, equilibrando emociones.
equilibriomentalhealth@gmail.com