
Amores altamente peligrosos: cuando amar duele más de lo que sana
noviembre 11, 2025
No puedes salvar una relación que ya no existe
noviembre 25, 2025Hay amores que no son amores. Son pensamientos recurrentes, ansiedad constante y una necesidad desesperada de saber qué hace, qué siente o si piensa en nosotros.
Le llamamos “amor”, pero en realidad muchas veces es una obsesión disfrazada de afecto. Y la obsesión, lejos de ser una muestra de interés, suele ser una señal de carencia emocional o de heridas no resueltas.
La ilusión del vínculo: lo que la obsesión esconde
Cuando nos obsesionamos con alguien, no estamos conectando con la persona real, sino con la fantasía que construimos de ella. Proyectamos en el otro nuestras expectativas, lo que creemos que nos falta, o incluso lo que quisiéramos ser.
Por eso, muchas veces, lo que nos ata no es el amor, sino la necesidad de llenar un vacío interno: la falta de reconocimiento, de afecto, de validación.
El otro se convierte en el espejo donde intentamos confirmar que somos valiosos, deseables o suficientes. Pero el problema es que esa búsqueda no tiene fin.
Cuanto más intentamos obtener del otro lo que nos falta, más nos perdemos.
La química del apego y el autoengaño
La obsesión tiene un componente biológico. Cuando pensamos constantemente en alguien o sentimos que lo necesitamos, nuestro cerebro libera dopamina, oxitocina y adrenalina: los mismos químicos que intervienen en los procesos de adicción.
Así, el vínculo con esa persona puede convertirse en una adicción emocional, donde cada mensaje, cada encuentro o cada promesa actúa como una “dosis” que calma el malestar, pero solo por un momento.
Luego vuelve la ansiedad, la duda, el miedo a perderlo. Y el ciclo se repite. Por eso sabemos que no es amor. Es dependencia. Y toda dependencia termina por debilitarnos.
Cuando ya hay una relación, pero no hay equilibrio
La obsesión no solo aparece al inicio, cuando alguien nos atrae o nos rechaza. También puede darse dentro de una relación ya establecida, cuando uno de los dos se aferra a mantenerla a cualquier precio.
Idealizamos, justificamos, perdonamos en exceso, toleramos actitudes que duelen, porque creemos que “sin esa persona no somos nada”. Y en ese intento de retener, nos abandonamos a nosotros mismos.
«La obsesión nos encierra en un círculo donde el amor deja de ser elección y se convierte en necesidad de control, miedo a la pérdida y autoengaño constante».
Lo que hay detrás de la obsesión
Obsesionarse con alguien suele tener raíces profundas:
- Miedo al abandono.
- Apego ansioso.
- Falta de autoestima.
- Vacíos afectivos no resueltos en la infancia.
Cuando no aprendimos a sentirnos seguros por nosotros mismos, buscamos que alguien más nos dé esa seguridad. Pero ningún amor puede sostener lo que no hemos aprendido a sostener dentro de nosotros.
El costo emocional
Vivir obsesionado con alguien implica perder el contacto con la realidad. Se distorsiona la percepción del otro —no lo vemos como es, sino como queremos que sea—, y se diluye el propio sentido del yo.
La obsesión agota: genera ansiedad, insomnio, pensamientos intrusivos y una sensación constante de insatisfacción. Porque no importa cuánto el otro haga, nunca será suficiente para llenar un vacío que no le pertenece.
Recuperar el poder
El primer paso para romper con la obsesión no es alejarse del otro, sino volver a uno mismo. Reconocer que lo que se siente no es amor sino dependencia es un acto de honestidad emocional.
«En terapia, se trabaja para identificar el origen de ese apego, fortalecer la autoestima y aprender a regular las emociones sin depender del otro para sentir calma o validación».
El amor sano no obsesiona. Da espacio, no ansiedad. Da paz, no desvelo. Da libertad, no control.
Elegir amar sin perderte
No estás aquí para ser la sombra de alguien, ni para vivir pendiente de si te elige o no. Estás aquí para construir vínculos donde puedas amar sin miedo y ser amada sin condiciones.
Y eso empieza cuando aprendes a observarte, a escuchar lo que tu cuerpo y tus emociones te están diciendo, y te atreves a soltar la ilusión que te ata.
Porque lo que se siente como amor, pero te duele todo el tiempo, no es amor. Es una herida que pide ser atendida.
En terapia podemos trabajar ese vínculo, reconocer de dónde viene la necesidad, y ayudarte a transformar la obsesión en autoconocimiento.
Cuando sanas la raíz, dejas de perseguir el amor y comienzas a atraerlo desde la calma, no desde el miedo.
Nuestro equipo está a tu disposición.
Equilibrio Mental Health, equilibrando emociones.
@equilibriomh
equilibriomentalhealth@gmail.com




