
Celebramos dos años caminando juntos
septiembre 22, 2025
Cuando el miedo se disfraza de frialdad
octubre 14, 2025Hay palabras que no se dicen en voz alta, pero duelen igual. Son esas frases silenciosas que repetimos en la mente sin darnos cuenta: “no soy suficiente”, “todo me sale mal”, “nadie me va a querer así”.
«A veces, no somos conscientes de la crueldad con la que nos tratamos».
Nos exigimos ser perfectos, productivos, amables, exitosos, siempre disponibles. Y cuando no cumplimos con esas expectativas imposibles, nos castigamos. Nos decimos cosas que jamás le diríamos a alguien que amamos.
¿Te has detenido alguna vez a pensar en eso?
El peso del diálogo interno
El diálogo interno no es solo una voz: es la narrativa con la que interpretamos el mundo y a nosotros mismos.
Cuando esa voz es dura, crítica o despectiva, nuestra autoestima se erosiona poco a poco. No necesitamos enemigos externos; a veces basta con esa voz interior que nos recuerda lo que no hicimos, lo que fallamos, lo que aún no somos.
Y entonces nos preguntamos por qué cuesta tanto sentir calma, amor o merecimiento. Pero ¿cómo podríamos sentirnos en paz si vivimos en guerra con nuestra propia mente?
Reescribir el modo en que nos hablamos
Cambiar el diálogo interno no es repetir frases bonitas frente al espejo. Es aprender a escucharse con compasión. Es reconocer que detrás de esa voz crítica hay miedo, hay heridas, hay un intento torpe de protegernos del dolor.
La próxima vez que te hables con dureza, pregúntate:
- ¿Le diría esto a alguien que quiero?
- ¿Qué necesito escuchar de mí en este momento?
A veces, basta con una pausa, una respiración profunda y una frase amable:
“Lo estás haciendo lo mejor que puedes”.
“No pasa nada si hoy no te sale todo perfecto”.
“Mereces descanso tanto como los demás”.
La ternura como acto de amor propio
«Háblate con la misma dulzura con la que consolarías a tu mejor amiga. Con la misma comprensión con la que abrazarías a un niño que llora o a alguien que se siente perdido».
Porque nadie puede darte el amor que esperas si tú mismo te estás tratando con dureza. El amor propio no empieza cuando te ves perfecto, sino cuando te aceptas incluso en tus días más humanos.
Cambia el tono de tu voz interna. Deja que el juicio se transforme en comprensión y que la exigencia dé paso a la ternura.
Porque la forma en la que te hablas no solo moldea cómo te sientes: también define la manera en la que caminas por la vida.
Equilibrio Mental Health, equilibrando emociones.
equilibriomentalhealth@gmail.com




