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Como te ves a ti mismo, ves a los demás
noviembre 4, 2025En los últimos años, el lenguaje de las relaciones ha cambiado. Ahora no solo hablamos de vínculos, compromiso o ruptura: hablamos de ghosting, breadcrumbing, gaslighting, love bombing y una larga lista de términos que parecen sacados de un glosario emocional contemporáneo.
Y aunque estos nombres suenen modernos, en realidad describen viejas heridas emocionales, solo que ahora las estamos nombrando, visibilizando y —quizás— empezando a comprender.
Ghosting: la desconexión sin explicación
El ghosting es cuando alguien desaparece de tu vida sin aviso, sin cierre, sin palabras.
De un día para otro, los mensajes quedan en visto, las llamadas no se devuelven y el silencio se convierte en la única respuesta.
Más allá de la frustración, el ghosting deja una sensación profunda de invalidez: ¿qué hice mal?, ¿por qué no merecí una despedida?, ¿por qué me borraron como si no existiera?
«El problema no es solo la ausencia, sino la falta de reconocimiento. El ghosting es la negación del otro como ser humano».
Breadcrumbing: las migajas de atención
El breadcrumbing —o “dar migajas”— ocurre cuando alguien mantiene tu interés con pequeños gestos o mensajes, pero sin intención real de construir algo.
Te escribe, desaparece, vuelve a escribir. Te promete, pero no cumple. Y tú, sin darte cuenta, te quedas esperando más.
Esta dinámica mantiene viva una ilusión sin contenido real, y suele desgastar la autoestima: se normaliza la espera, se confunde el afecto con la incertidumbre, se aprende a conformarse.
Gaslighting: manipular la percepción
El gaslighting es una forma sutil (y a veces devastadora) de manipulación psicológica.
Consiste en hacerte dudar de tu propia percepción, de tus recuerdos o de tus emociones. “Eso nunca pasó”, “estás exagerando”, “todo está en tu cabeza”.
Este tipo de vínculo socava la confianza interna. Te desconecta de tu intuición, de tu criterio, y te hace creer que no sabes quién eres.
Salir de un gaslighting es como volver a encender una luz interna que otro se encargó de apagar.
Love Bombing: cuando el amor se siente como una explosión
El love bombing parece lo opuesto: atención excesiva, palabras grandes, promesas inmediatas. Pero no es amor… es una idealización fugaz.
Al principio, todo es intensidad, regalos, mensajes, declaraciones. Luego, cuando la otra persona siente que ya te tiene, el interés cae, el vínculo se enfría y tú quedas preguntándote en qué momento todo cambió.
El love bombing no es amor auténtico, es una estrategia inconsciente (o no tanto) para obtener control o validación rápida.
Orbiting, Benching, Cushioning… las nuevas etiquetas del desapego
En la era digital, también aparecen otros términos:
- Orbiting: desaparece, pero sigue viendo tus historias o dándote “me gusta”, como si orbitara tu vida sin acercarse.
- Benching: te mantiene “en la banca”, disponible, pero sin avanzar.
- Cushioning: mantiene contactos alternativos “por si acaso” la relación principal no funciona.
«Todas estas formas tienen un denominador común: evitan la vulnerabilidad real. Son estrategias para conectar sin arriesgarse, para “no perder”, aunque en el fondo, todos terminamos perdiendo algo esencial: la autenticidad».
De qué va todo esto
Ponerle nombre a estas prácticas no es solo una moda. Es una forma de reconocer lo que nos duele y empezar a entender cómo las dinámicas actuales —marcadas por la inmediatez, el miedo al compromiso y la sobreexposición emocional— están moldeando nuestra manera de amar.
Nombrar es un primer paso. Pero no basta con identificar al otro como “el que hace ghosting” o “el que da migajas”.
También necesitamos mirar hacia adentro:
- ¿Dónde aprendí yo a esperar tan poco?
- ¿En qué momento confundí el amor con el esfuerzo unidireccional?
- ¿En qué punto me desconecté de mi propio valor?
Cómo sanar y volver a vincularte sin miedo
Sanar no significa cerrarse. Significa aprender a protegerte sin dejar de creer.
La terapia puede ayudarte a:
- Reconocer patrones relacionales que repites.
- Poner límites sanos sin sentir culpa.
- Reforzar tu autoestima y tu sentido de merecimiento.
- Recuperar la confianza en ti y en los demás.
Y más allá de la terapia, también puedes practicar el autocuidado emocional:
tomarte tiempo para ti, reconectar con lo que disfrutas, cultivar amistades recíprocas y recordarte que el amor no se mendiga, se comparte.
Aunque las nuevas formas de “no vincularse” parezcan una epidemia, la verdad es que aún hay muchas personas que desean amar de verdad.
Que buscan vínculos conscientes, comunicación honesta y presencia emocional.
Sanar no es rendirse al cinismo. Sanar es volver a creer, pero con los ojos abiertos y el corazón cuidado.
No se trata de dejar de amar. Se trata de aprender a amar mejor, empezando por ti.
Nuestro equipo está a tu disposición.
Equilibrio Mental Health, equilibrando emociones.
equilibriomentalhealth@gmail.com




